viernes, 1 de marzo de 2013

Espiga rota

Día calmo que resigno
hacia mis sueños.
Calzo un fardo de espigas

en mi espalda.
Alimentaré a una población entera
Daré palabra y letra
rumiarán mis enemigos su desgracia
caminaré sobre aguas templadas.

Viaje de luz veloz -ecuestre
campearé al umbral del sentimiento
vivo, desperezándose, promesa incierta
entre los árboles de Buenos Aires
masticando arena,
ensoñando música,
vibrando ensueños
-la ensoñación plausible de un paisaje
que es desierto
y que orilla la ciudad
en el medio del fardo de espigas
entre la población entera
confesaré la maldición que sella mis labios
y, volviéndome hacia ti te diré sin más palabras
te diré, sin más sonidos, extrañada, extrañamente,
que sabré desde un mañana sin retorno
cuánta letra, cuánta maña, de qué manera me has querido.

Y cuánto cuánto me has querido
y cuánta espiga
rota
rasga
mi alma.

Camila Ossorio Domecq


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